1er día

Esta mañana he estado bastante aturdido. No podía mantener la atención en nada (es decir, mucho menos que de costumbre). La sensación es que la actividad mental era como la de una pelota que rebota contra las paredes del frontón, sin mantener su dirección ningún rato prolongado. Sentía el impulso de hacer algo, luego otra cosa, luego nada.

Más tarde, llegó el desinterés. Esta sensación no es nueva y creo que ya la he comentado en otras ocasiones. Dado que el mercurio es un neurotóxico, interfiere con muchos procesos mentales de formas a veces terribles, pero otras veces son incluso fascinantes. Pero la falta de curiosidad es fascinante sólo a posteriori.

Sin curiosidad no hay placer. Este es un descubrimiento sorprendente para el que no ha tenido un apagón de la curiosidad, pero evidente para el que sabe de qué va la cosa. La razón por la que la vida es interesante, por la que apetece leer, hacer cualquier cosa, desaparece cuando la curiosidad se apaga. Nada es interesante. El estado supongo que debe asemejarse al que sufren los deprimidos. Tengo la suerte de que no me suele durar mucho.
Pero no en vano mucha gente tóxica sufre depresión. No me extraña lo más mínimo.

El caso es que por la tarde/noche la cosa ha empezado a mejorar y ahora mismo estoy bastante bien. Ya veremos mañana.