Mareo

Esta última ronda no ha sido tan buena. Me ha pesado la quelación. Sin llegar a tener niebla, he notado la cabeza muy, muy lenta. Mi memoria ha desaparecido de viernes a domingo. Hoy lunes, parece que está de vuelta y ya recuerdo que el perro de aguas se dice "Labrador" y cosas así!

La otra cosa mala que me ha ocurrido es que me he mareado conduciendo. El marearse es un síntoma típico que yo sufría mucho antes de quelar y en las primeras rondas se agudizó, a veces. Era destacado porque me mareaba conduciendo yo, mientras que la gente normal se marea al ir de paquete.

Pues a la vuelta a casa el domingo, conduciendo, me ha entrado una náusea que no se la salta ni Sartre. El jengibre me ha mejorado, pero he tenido que tomarlo varias veces. Esta mañana (lunes) aún tenía un poco de náusea.

Tengo la impresión de que los 100 mg de ALA se van notando cada vez más de semana en semana. Creo que me voy a tomar un fin de semana de descanso y retomaré en 15 días.

¡Qué lata es esto, que parece no tener fin! ¿Cuándo dejará de salir mercurio del pozo negro que debe ser mi cerebro? Me animo pensando que la mayor parte de las rondas son buenas, que cuando estoy OFF estoy muy bien y que ahora ya los 50 mg parece que ni los sentía. Será cuestión de tiempo no sentir los 100 mg, digo yo.

Las dos últimas rondas

Las dos últimas rondas han ido muy bien, con la salvedad de que en la que acaba de terminar he tenido dolor de cabeza uno de los días. La bebida análoga al Aquarius que venden en Mercadona bajo la marca Hacendado no ha sido capaz de quitármelo. De hecho, comencé a pensar que quizá el remedio mágico de los electrolitos no iba a funcionar. Sí funcionó cuando probé a reforzarla con polvos de rehidratación oral. Y después, funcionó cuando me cambié a Aquarius.

Es algo curioso, porque la composición de la bebida de Hacendado y el Aquarius es, teóricamente, casi la misma. Mi sensación, sin embargo, es que tienen un efecto muy distinto. En cualquier caso, es estupendo quitarse el dolor de cabeza de encima, porque es bastante incapacitante. Una vez que desapareció, lo demás fue muy bien.

Hace en mi pueblo bastante frío. ¡Qué gusto no llevar camiseta interior y poder bajar a la perrita tan tranquilo! Creo que este invierno no me he puesto camiseta ni un día. En otros tiempos, fui a una tienda especializada en ropa de montaña que hay por Lavapiés para comprar unas camisetas especiales con las que esperaba que se me quitara el frío, pero ni por esas. Ahora duermen en el armario.