Como no dejaba de picarme la garganta, he parado la ronda. Tenía pinta de ser la clase de pequeña infección que, bajo los efectos del ALA, se puede transformar en un trancazo. Como no es la primera vez que me pasa, escarmentado he parado después de un sólo día de ronda.
No es bueno hacer un sólo día, pero tampoco es que uno se vaya a morir por eso. Si es necesario parar, se puede hacer. Lo que parece que hay que tener claro es que las rondas han de ser al menos de tres días y dos noches, si los dioses lo permiten.
La garganta parece que va a mejor, pero sigo esperando. Una cosa buena es que estas 24 horas de ALA no han tenido ningún efecto secundario, ni al empezar, ni al dejarlo. Una ronda tan corta debería producir alguna redistribución, pero es que ni me he enterado. Esto me anima un poco a considerar aumentar la dosis a 200 mg para la siguiente vez.
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