Descansando: día 2

Después de cada ronda mucha gente sufre los síntomas de la redistribución. En mi caso, probablemente debido a que hago rondas relativamente largas, casi no los siento. Normalmente paso uno o dos días un poco cansado. Lo mejor viene después, y en esta ronda ha empezado a llegar esta tarde.

Por la tarde he comenzado a notar cómo volvía a tener energía, ganas de hacer cosas y cómo la cabeza empezaba a funcionar bastante bien. Con un poco de suerte, estas cosas se mantendrán hasta la siguiente ronda (siempre y cuando no me olvide la nistatina o tenga meteduras de pata similares).

Un detalle: hace 4 grados en mi pueblo. Al bajar del coche hoy cada vez he dejado el abrigo en el maletero, porque he pensado que no merecía la pena ponérselo para el corto trayecto que iba a hacer. Los últimos inviernos iba con el abrigo dentro del coche, pero nada era suficiente para quitarme el frío.

¡Qué gusto vivir sin frío!