Primero surge una sensación particular. Si se buscan las sensaciones físicas, están localizadas alrededor de la frente. Cuando está ahí, ya sé lo que va a ocurrir. El hacer esfuerzos mentales va a ser imposible. Al intentarlo se agudiza la sensación y la cabeza se para. No duele. Cesa el pensamiento. Hay silencio. Pero el cerebro ya no funciona. Sigues viendo. Oyendo. Pero tal vez no vas a entender lo que te digan, si es algo complicado. No vas a tener respuesta a lo que te pregunten.
Si la cosa se pone muy difícil, puedes perderte en la calle. Desde luego, no recordarás nada o casi nada. No sabrás hacer cuentas sencillas. Puedes mirar a tu novia y sonreír.
No apetece estar con gente con la que tengas que reaccionar de ninguna manera, porque sabes que no reaccionarás correctamente. Uno prefiere estar solo.
La idea es ir contando qué tal me va tratando de seguir el protocolo de desintoxicación de mercurio de Andrew H. Cutler. Este blog no pretende dar consejos médicos: yo no lo soy y probablemente me equivoque en muchos aspectos. Por cierto, si ves que lo hago, agradeceré que me lo digas y por qué. La información que aquí se da podría incluso estar en contradicción con el propio protocolo de Cutler, por ejemplo por haberla entendido yo mal, así que mucho ojo.
Los libros de Cutler
Para entender de qué va todo esto las referencias principales son dos libros de Andrew H. Cutler. Son fundamentales, sobre todo el primero:
Amalgam Illness: Diagnosis and Treatment
Hair Test Interpretation.
Amalgam Illness: Diagnosis and Treatment
Hair Test Interpretation.
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